Cine Peruano 2015: La gran ilusión (III)

a pigeon

A Pigeon Sat on a Branch Reflecting on Existence (Roy Andersson, 2014)

 

En los últimos días, el crítico de cine Isaac León Frías ha respondido a los diversos comentarios que han aparecido aquí y en otros blogs sobre el insuficiente papel de la crítica local en Perú.

León Frías, y luego Ricardo Bedoya, reaccionan al siguiente comentario de Mónica Delgado:

Sobre el tema del periodismo cinematográfico y su relación con la cartelera, se mantiene inalterable el círculo vicioso de estrenos-majors- crítica-reseñas, como si toda la información que pudiera recibir un espectador interesado solo estuviera condenada a ser réplica de los estrenos. Esto permite mantener un tipo de crítica caduca de hace más de 60 años. Y como lo mencioné en algún tuit, una salida es seguir propiciando nuevos espacios para otro tipo de crítica. Otro tipo de periodismo cinematográfico frente a la pobreza de los textos, a reseñas argumentales donde hacer el check de buena foto, buen actor, buen guión, buen ritmo, queden pues en el terreno del ejercicio de aquellos que ven a la crítica como una experiencia amateur y primaria.

La respuesta de León:

Si se quiere dedicar un blog o una revista impresa a una producción de signo independiente, en buena hora. Que existan festivales dedicados a esa producción, estupendo, y ojalá que vayan en aumento… Pero convertir eso en la única modalidad defendible es un error que sólo se explica por una visión limitada y elitista del arte cinematográfico (por más que diga que es amplia y plural) y un menosprecio del cine como espectáculo popular.

No veo en las palabras de Mónica Delgado -en ninguna línea- que ella proponga convertir el cine “independiente” o “de autor” en “la única modalidad defendible”. Lo que entiendo de las palabras de Mónica es que ella busca lo que a mí también me gustaría encontrar: críticas de cine que no sean simples reacciones a la cartelera local, reacciones pobres en muchos casos, textos que se quedan en la reseña y en frases insustanciales (buena actriz, mal guion, etc) o demás comentarios que uno puede esperar de ciertos espectadores pero no de personas que se dedican a pensar una obra cinematográfica.

A diferencia de las palabras de Mónica, yo no creo que criticar la cartelera sea algo caduco. Disfruto mucho leyendo una crítica inteligente de una película que recién aparece. El problema es cuando únicamente existe ese tipo de crítica. El problema es cuando únicamente se habla de la cartelera. El problema es cuando en los balances de fin de año no se recuerda el maltrato a películas como Climas, o que la distribuidora FOX trajo a América Latina una versión cortada de Kingsman. El problema es cuando a fin de año nos apabullan con noticias sobre la taquilla y las grandes cifras del cine peruano y no se analice este tema en profundidad. El problema es cuando en diarios o revistas que podrían mencionar otro tipo de cine, no se hace. O quizás el problema sea que a esos diarios y revistas ya no les interese hablar de otro tipo de cine.

Pero lo más extraño de la respuesta de León Frías viene en esta segunda entrada, donde insiste con el tema: “El autoritarismo estético”. Aquí, junto a Mónica Delgado, John Campos o Farid Rodríguez, me menciona como una de las personas que cree que «el cine que no se aviene a los postulados de la independencia artística más o menos radical» es mejor o supera al cine que se estrena en salas. Escribe León:

El mensaje más o menos explícito es que todos los críticos y los que escriben de cine y no se concentran casi en exclusividad en la producción promovida desde esos festivales [Lima Independiente y Transcinema] y la que está en esa línea, son cómplices de una distribución comercial que debería ser si no combatida, al menos, ignorada.  Prácticamente, excluyen la atención del público mayoritario y del cine que este público consume… Lo que se desprende de lo que escriben es una posición con claros signos autoritarios.

Creo que León Frías confunde dos conceptos muy distintos. Una cosa es que yo critique la cartelera y otra cosa es que exija a la crítica (no sé con qué poder) que solo escriba sobre lo que se ve en los festivales. Según su razonamiento, si una persona cuestiona la cartelera comercial entonces esa persona cree que el cine “radical” es mejor que el comercial. Es una falacia demasiado notoria para que no la advierta.

Así que no se trata de un debate “Cine radical VS. Cine comercial” como quiere vender Isaac León Frías. No en mi caso, y dudo que en el caso de las otras personas que menciona. Se trata de no resignarse y exigir una mejor cartelera, al menos, como mínimo, en cada balance de fin de año.

De hecho, en mi cuenta de Twitter he puesto mis mejores películas estrenadas en la cartelera comercial de Madrid: The Assassin, Hard to Be a God, The Kindergarten Teacher, Phoenix, A Pigeon Sat on a Branch, Mission Impossible: Rogue Nation. Es una pena que en Perú ya nos hayamos resignado a que la cartelera, con excepción de Mission Impossible, no muestre títulos de este nivel. Solo queda a los espectadores peruanos esperar que los festivales traigan algunas de estas películas o que se filtren estos títulos en internet.

Fernando VR

2 comentarios

  1. Isaac León Frías · enero 3, 2016

    No creo que haya que resignarse a una cartelera como la peruana, Fernando, y estoy de acuerdo en que hay que insistir por todos los medios posibles en los vacíos, en las exclusiones en las que incurre esa cartelera comercial. Pero tampoco se puede esperar mucho de ella, no va a cambiar y, por tanto, no es por ahí por donde se puede defender esa ‘otra orilla’. Acabo de escribir un nuevo texto para Páginas del Diario de Satán donde apunto algunas ideas. Que se pueda objetar a los críticos errores, omisiones o limitaciones de enfoque, de acuerdo. No me libro para nada de esas críticas. Pero, Fernando, me parece evidente de que hay casi una cruzada permanente de John por convertir el paradigma del cine, digamos, marginal en el único o, en todo caso, el central, y en esos textos que han escrito tú y Farid se apunta esa misma idea, aunque de manera más matizada. Yo mismo, hablando de matices, debería matizar un poco más. El calor de la polémica me gana con frecuencia. Mónica, por su parte, es una crítica constante de lo que se ve en la cartelera (cosa que no me parece mal) y del cine peruano (igual que John) a extremos casi intolerantes. ¿Por qué no envías tu texto al blog de Ricardo para seguir ahí la línea del debate? Vayan también para ti mis deseos de un año 2016 lo mejor posible.

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  2. sopureandsimple · enero 5, 2016

    Creo que las opiniones y respuestas de Chacho León Frías y Ricardo Bedoya no se centran en el texto de Mónica únicamente, creo que el texto les da pie a soportar una idea que ellos perciben en el discurso de Mónica. Es por eso que creo que es inútil parafrasear y basarse en un párrafo para contestar sus opiniones, me parece que el debate es mejor entendido si se sigue todas las opiniones y críticas de los involucrados desde mucho tiempo atrás. Siendo fiel seguidor de las críticas de Ricardo Bedoya y regular seguidor de las críticas de Chacho y Mónica, Mi humilde percepción es que generalmente encuentro en las críticas de Mónica un aire de tener la verdad de las cosas en cuánto a si algo es bueno o malo, cosa que jamás encuentro en una crítica de Ricardo Bedoya, que tan sólo me expresa infinito conocimiento, referencias argumentos y todos debajo de una opinión. Encuentro en Chacho un gusto ilimitado por el argumento, el debate, el cuál comparto, mientras que en Mónica encuentro un gusto por el discurso.

    Estuve leyendo algunos textos de Mónica donde critica la crítica y me parece que ella hace esa crítica antigua de la que habla, donde sus esquemas son los que no salen de algo de hace 60 años, quizás conectaría más con ella si tuviera una visión más posmoderna de las cosas. Siento que la diferencia está en la forma de decir las cosas.
    Esa es mi percepción.

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